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Epicondilitis

Epicondilitis

La epicondilitis o "el codo de tenista" es otra de esas patologías recurrentes en la consulta de fisioterapia y en la vida diaria. El gran número de personas afectadas por este dolor se debe a los numerosos factores que pueden desencadenarla. Los síntomas son muy típicos aunque pueden tener pequeñas variaciones.

A grandes rasgos, se define como un dolor en la parte externa del codo que puede ser justo por encima de la articulación (irritación de la unión con el hueso), justo por debajo o en la misma línea del codo (irritación del propio músculo). Con el paso del tiempo y la evolución de la patología el dolor se puede extender a lo largo del antebrazo hasta llegar a muñeca, dorso de la mano y dedos. También puede irradiar el dolor al brazo y cuello. La musculatura que produce la epicondilitis, sin meternos en largas explicaciones, es la encargada de extensión de muñeca, dedos y codo así como la supinación.

epicondilitis

 

Una vez definido los síntomas y los músculos afectados pasamos a las causas. Su característica especial es que son muy variadas. La epiconditis más común viene dada por movimientos repetitivos de la extensión de muñeca y dedos. El peso o la fuerza del movimiento influyen en la epiconditis pero no es un factor fundamental. Una epiconditis típica se debe al ordenador (teclado y ratón) donde la fuerza no es excesiva pero  la postura y la repetición si son decisivas. También puede venir por gestos deportivos como en los deportes de raqueta, sobre todo el golpe de revés que imprime una fuerza importante a unos músculos que se ve aumentada por la longitud del brazo de palanca que da la raqueta. Otra posible causa es la excesiva fuerza y desarrollo de la musculatura encargada del movimiento contrario (flexión de muñeca, dedos y pronación) y esto produce la epicondilitis porque si la musculatura contraria (antagonista) está demasiado desarrollada, con muchas más fuerza y tensión, los músculos epicondíleos están sometidos a una tensión excesiva todo el tiempo ya que, al intentar frenar o al realizar su movimiento, se enfrentan a una fuerza muy superior y los músculos, tendones y la inserción en el hueso sufren y se lesionan.
También el atrapamiento de nervios a nivel cervical puede producir una epiconditis porque ese nervio atrapado provoca una mayor tensión y un tono demasiado alto que sumándolo a gestos como los anteriores, en menos cantidad, puede llevar a una epicondilitis.
Pero como casi todas las patologías, no hay una causa solitaria que produce la epiconditis y si múltiples aunque tengamos una que sea más "culpable" que las demás
En el tratamiento de la epiconditis es esencial detectar cuales son las causas y los movimientos lesivos e intentar minimizarlos hasta la recuperación del tendón a un estado aceptable y después potenciar la musculatura para evitar repeticiones
Podemos distinguir dos fases, la aguda en la que hay un dolor fuerte, con inflamación de la zona y una fase subaguda o crónica en la que no hay una inflamación evidente de la zona (aunque si se puede notar los músculos más duros) y el dolor es fuerte cuando se fuerza el brazo y el movimiento y menor cuando se está en reposo. Hay pacientes que no pasan por la primera fase.
En la fase aguda, si se padece, la recomendación es hielo, reposo y, por supuesto, visitar al fisio para que te ayude a detectar los desencadenantes.
Cuando el dolor y la inflamación bajen pasaremos a la segunda fase en la que los estiramientos de la musculatura epicondílea (sin forzar) y de la musculatura antagonista son esenciales. El hielo en la zona del codo cuando el dolor sea fuerte o después de un esfuerzo y el calor para relajar en la zona de antebrazo cuando el dolor sea leve ayudan y mucho.
Entre los estiramientos que ayudan tenemos los estiramientos cervicales (puedes verlos en este enlace), los estiramientos de antebrazo y la movilización de los nervios mediano y radial
Estiramientos de antebrazo:
         Músculos epicondíleos: nunca realizaremos un ejercicio que supere la sensación de estiramiento. Normalmente la sensación puede ser percibida en la muñeca o antebrazo y casi no se nota en codo ni en la inserción por encima de esta. Siempre con el codo estirado nos podemos ayudar de la otra mano para realizar un puño y flexionar la muñeca y también lo repetimos con los dedos estirados. 10 segundos cada uno y varias veces. También nos podemos ayudar de una mesa para poder flexionar bien la mano.

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         Músculos epitrocleares: en estos se puede imprimir más fuerza para estirarlos. Podemos utilizar la mano contraria o la mesa para estirar aplicando la presión en los dedos para estirar la muñeca y también aplicando la fuerza en la palma de la mano con los dedos relajados.

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Movilización del nervio mediano: en este video (minuto 1:05) se explica muy bien el estiramiento y movilización del nervio mediano. Importante la posición de la cabeza.
Movilización del nervio radial: en este otro video (minuto 2:30) podemos ver el estiramiento del nervio radial de una forma muy clara.

Una vez el tendón y la musculatura vuelven a un estado de tensión adecuado y la zona donde se une al hueso deja de estar irritada necesitamos potenciar la musculatura. Sobre todo el movimientos excéntrico (si un músculo hace el movimiento de extensión de muñeca el excéntrico sería llevar la muñeca de esa extensión a la flexión frenando el movimiento) pero estos son ejercicios que hay que realizar con mucho cuidado y con una gran supervisión por lo que es mejor que sea el fisioterapeuta quien os aconseje y os enseñe de una forma personal.

Muy importante las ayudas que podamos aportar a nuestros gestos diarios. Las órtesis para las epicondilitis suelen ser muy efectivas, así como las pequeñas adaptaciones en nuestro puesto de trabajo como la alfombrilla para el ratón.

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Si tienes dolor en el codo, no lo dudes, acude a tu fisio.