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"Qué dolor, mañana llueve"

Todos hemos escuchado decir a nuestros mayores esta frase: “hoy me duele (articulación o zona), seguro que mañana cambia el tiempo”. Y aunque pueda parecer un mito o “cosas” de los mayores, existen numerosos estudios que demuestran la relación de factores meteorológicos con el dolor, rigidez o sensaciones desagradables en partes de nuestro cuerpo o en general.

De una forma muy resumida, y sin meterme en explicaciones muy farragosas, voy a intentar explicar por qué influye tanto en nosotros los cambios de tiempo y sobre todo en el dolor, que es con lo que trabajo diariamente.

Está claro la relación de la temperatura con nuestro cuerpo. cara de tener frioEl frío y el calor son dos factores que influyen sobre todos los elementos, en mayor o menor media, y nuestro cuerpo no iba a salir indemne. El frío contribuye a la rigidez de articulaciones con algún problema anterior y también contrae la musculatura, lo que puede contribuir a contracturas (estas son las famosas “corrientes”). El calor, de forma general y sin excesos, relaja la musculatura, favorece la movilidad de articulaciones y favorece la nutrición de estos dos por la vasodilatación.
La presión atmosférica es de los factores que más influyen en la aparición de estos dolores. Las articulaciones, sobre todo aquellas que tienen una patología previa como la artrosis o artritis, se ven muy afectadas por estos cambios de presión, ya que todas tienen líquido en su interior, y al variar la presión, este líquido se tiene que adaptar a ella, tensando ligamentos y cápsulas donde se produce el dolor. Decir que estos dolores no provocan un empeoramiento de la enfermedad en sí, es decir, la artrosis no avanza más, lo que hace es exaltar dolores crónicos preexistentes o que las articulaciones que tienen artrosis, pero no llega a dolor, pueda empezar a dar síntomas temporalmente.
Existe una teoría de unos iones positivos o negativos llamados “sferic” que se adelantan a la bajada de presión, que suele acompañar al mal tiempo, en 48-72 horas. Estos iones, especialmente los positivos, influyen negativamente en nosotros, sobre todo, en el sistema nervioso central provocando depresión, cansancio, etc…isobaras
Esta es una teoría de tantas otras que existen y que pretenden explicar estas “premoniciones” de cambios meteorológicos por el dolor. Los estudios han podido demostrar que los cambios de presión atmosféricos provocan dolores articulares. Un estudio de la evolución de 205 pacientes con artrosis de rodilla procedentes de diversos puntos de EEUU para ver los efectos positivos de la glucosamina demostró que esta no funciona, pero que los pacientes tenían una asociación importante entre el dolor y las inclemencias del tiempo.
La relación de las migrañas con el mal tiempo es bastante importante. La bajada de presión influye sobre los vasos sanguíneos que son unas de las causas de migrañas.
Somos tan influenciables por el clima, que la tasa de suicidios no sólo esta relacionada con la falta de luz sino que también con el clima. La mayor tasa de suicidios en España se encuentra en las Islas baleares donde los vientos de tramontana, mantenidos y repetidos resultan depresores del sistema nervioso central, y por ello produce cambios de conducta, cambios de comportamiento y tendencia depresiva en los pacientes.
Tanta es la importancia que el servicio meteorológico alemán ofrece a los hospitales información sobre riesgo de mayor dolor en personas con artritis y en internet tenemos páginas web donde ofrecen mapas donde la previsión de dolores puede aumentar por el tiempo.
Ya en el siglo VI a.C., Hipócrates decía que “el viento Austro (Sur) entorpece los oídos, oscurece la vista, carga la cabeza y deja el cuerpo lánguido y perezoso”. Los chinos, mucho antes, también dejaron constancia de los efectos climáticos sobre el cuerpo y a nosotros no nos libra nadie.

Y aunque la causa sea algo tan poco controlable como lo és el clima, la fisioterapia resulta esencial para mejorar y/o controlar los síntomas.